23 août 2019

No es solo el capitalismo, es la violencia

Arde el Amazonas: una conmoción ha recorrido el mundo con esa noticia. Y con ello, ha resurgido un gran temor: se acaba el mundo, están destruyendo el planeta, no hay futuro posible.

¿Y quien acusar, sino el sistema capitalista que privilegia el poder y la economía de unos pocos por sobre todos los demás y por sobre el planeta mismo que nos acoge? Pero no es solo el sistema capitalista. Otro sistema haría lo mismo, porque de trasfondo hay un valor, una creencia: que las personas (y por supuesto los animales) no valen nada, que son objetos de usar y tirar.
"Si el individuo no es nada, la sociedad será cualquier cosa" (Silo, Ética existencial).
Ecología, opresión, discriminación de género, guerras, pobreza, el no acceso a la salud y la educación, desempleo, jubilaciones indignas, desigualdad... detrás de todo esto, hay un denominador común: la violencia. Violencia sexual, racial, religiosa, económica, física.


Maltrato, abuso, violaciones (de niños, mujeres, etc.), discriminación de género, negación del aborto libre y seguro, bullying... son violencia.
Pobreza, guerras, incendios, expropiación (tierras, casas, etc.), explotación, condiciones de trabajo, jubilación indigna, desempleo, el no acceso a la educación y la salud gratuitas y de calidad, todo eso y mucho más son violencia, ya sea que vengan de los Estados, de los poderes económicos, de la policía, de las personas.
Toda agresión física, moral, toda discriminación (por razones de raza, género o religión), son violencia. 

El reconocimiento que detrás de todo lo que está pasando en el mundo está la violencia, puede llevarnos a grandes cambios. 

Y porque la violencia no se cura con violencia, es urgente definirse a favor de la no-violencia, como forma de estar, pensar, sentir y actuar. 


Mientras el ser Humano no sea el valor central, nada cambiará. Poner al Ser Humano como valor Central, detiene inmediatamente la violencia.

El futuro está en nuestras manos, no lo cerremos, hay que avanzar, moverse, pero si la Dirección del cambio no va hacia la no-violencia y hacia el Ser humano como valor Central, no habrá cambio posible.

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